Seminarios Espirituales

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De Oruga A Mariposa

Siempre que escribo me dirijo tanto a hombres como mujeres, hoy lo haré sintiendo a todas mis hermanas mujeres, pues hemos transitado un camino en común durante milenios.

Por un tema cultural desde pequeñas hemos sido condicionadas en la espera de un hombre que vendrá a llenarnos nuestras expectativas y nos realizará por completo…

… y luego de un largo camino, nos damos cuenta que tal creencia, era sólo eso, válido para cuentos de hadas pero no en el mundo real. Los hombres tienen a su vez sus propias historias y temas por superar, nosotras, las nuestras.

La (des)nutrición del alma desde la infancia

Si por diversas circunstancias estuvimos inmersas en un clima de inseguridad, falta de nutrición y desamor en general, no porque nuestros padres no nos hayan querido, sino que por las condiciones de la vida moderna, cada quien en nuestro hogar estaban con sus propios temas y tal vez no fuimos lo suficientemente bienvenidos por algunos integrantes de la familia en que nacimos, etc, y de hecho, nos faltó esa nutrición del alma que aqueja a tantos seres humanos en la actualidad, lo más probable es que hayamos crecido con una profunda carencia en nuestro corazón y en nuestro sistema de creencias y anhelos más profundos, queríamos lograr en la vida adulta aquello que no tuvimos en la niñez.

La realidad es que en la práctica, nos damos cuenta, que aquello que no fue en la infancia, sea por las circunstancias que fueran, ya no lo tuvimos y no es dable trasladar esos anhelos a nuestras relaciones afectivas de adulta, pues lo más probable es que nuestra pareja, también viene con un arsenal de vacíos y carencias, y es ahí donde se producen los desencuentros al poco andar.

El camino de la mujer

Reflexionando sobre nuestro camino femenino, me viene a la memoria aquella máxima de mi querido maestro: “las mujeres deben aprender a ser madres de sí mismas”. Así, con amor, cariño, desarrollo interno, paciencia, perseverancia, disciplina, se requiere profundizar en nosotras mismas, y llevar nuestras energías y atención hacia nuestro interior, para estudiarnos, conocernos, saber que es lo que queremos, cuáles son nuestras barreras y topes, donde reincidimos una y otra vez, por qué escogemos más de lo mismo, analizar cada una de nuestras creencias, cuáles han sido nuestras fantasías, errores de apreciación, etc, ser muy honestas con nosotras mismas, de donde vienen nuestros gustos, que estamos dispuestas a aceptar y que no, revisar nuestras contradicciones internas, ver donde hemos estado ciegas, si nuestro cuerpo nos avisó cuando era no y nosotras dijimos si, de que manera las creencias y mandatos familiares nos han influido, bloqueado, atemorizado, si hemos sido libres en nuestras elecciones o nos hemos dejado llevar por las apariencias, palabras bonitas y declaraciones de compromisos inexistentes.

Es preciso que seamos serias a la hora de evaluar los cuentos que nos hemos tragado, por qué hemos dado tantas oportunidades a relaciones que no iban a ninguna parte, por qué hemos creído lo increíble; ahondar en los traumas infantiles o de adolescencia si los hubo, si estuvimos inmersas en un ambiente de afecto, de protección o no, pero de verdad, sin discursos, caretas, ni justificaciones.

Este trabajo interno se debe realizar en total honestidad, llorar, soltar y liberar todo lo que sea necesario . De qué manera el ideal de “amor romántico y a  toda prueba” nos ha jugado más de una mala pasada, o si hemos estado atrapadas en la historia de “la incondicional” como dicen algunas canciones, tan recurrente en la vida de muchas mujeres.  Con un trabajo honesto en nosotras mismas, comenzaremos a ver la luz, en la medida que nos vamos sacando las gruesas capas de dolor, incertidumbre, de no entender, vamos encontrándonos con nuestra niña herida atrapada en un cuerpo de adulta, que tantas veces entregó su corazón a quien no lo valoró. Transcurrido el tiempo desde que decidiste valientemente asumir tu responsabilidad, que muchas veces las palabras se las lleva el viento y que amor siempre involucra “acción”, cuando ya eres capaz de mirar tu vida desde otro prisma, cuando ya eres capaz de sonreír porque todo era tan evidente y te preguntas como pudiste estar tantos años atrapada en un sueño o en varios, según el caso. Cuando te has dado el tiempo de profundizar en ti hasta tu último rinconcito y a reírte de todo lo que ha sucedido en tu vida, que no vale la pena alguna seguir en ese camino y te has hecho la promesa a ti misma de lograr una vida plena, en paz y alegría, si ya te diste cuenta que la felicidad sólo puede estar dentro de ti y que ningún otro vendrá a llenar tus vacíos y si diste mucho en una relación, te sientes contenta contigo misma, pues ya sabes que tienes capacidad de entrega, sólo que ahora sabrás quien merece recibirla, también podrás apreciar y valorar a quienes si te quieren, de verdad, incluso si no lo supiste ver en su momento.

Tu primer amor

Cuando tu primer amor eres tú misma, poco a poco, la vida comienza a despejarse, te sientes más liviana, vas cambiando hábitos de vida, te tomas en serio la alimentación, el ejercicio físico, las meditaciones, tienes certeza que si quieres un cambio, eres tú la que necesita cambiar sus circuitos mecánicos y crear nuevos caminos. Cuando eres capaz de decir, nacerá una nueva mujer en mí y vas soltando todo aquello que te daña, te vas reseteando y dejando ir cada uno de los implantes cerebrales que te han puesto desde pequeña, te alejas de quienes sólo sirven para criticar, que son incapaces de valorar, ya comprendes cómo funcionan y te niegas a dejarte manipular. Tú ya no quieres ser parte de eso, recuperas muchísimo tiempo y energía para ti misma, todo aquél que antes ocupabas en tratar de agradar a otros inútilmente, ya que jamás podrás satisfacer a quienes no te aman, ya dejaste de comprar regalos en exceso, dejaste de llamar, de ir a un montón de cumpleaños o eventos, de estar ahí cuando te necesitan y cuando eras tú la que requería apoyo, te decían que no tenían tiempo o estaban ocupados, o de paso te lanzaban una sarta de descalificaciones para autojustificarse, dijiste adiós a las deslealtades, los juicios a tu espalda.

No amiga, tú no eres tarro de basura de nadie. Tremenda liberación querida amiga, ya comprendiste que cuando no te quieren, no te quieren, y no necesitas hacer más, sino simplemente darte la vuelta y retirarte, aprendiste a regalar tu ausencia. Bendecida decisión.

Ya conociste lo que no es en demasía, cada valiosa experiencia de vida, cada persona que has conocido y con quienes has compartido en todas tus áreas de vida, han apoyado este proceso, venían a ti a decirte, ey quiérete, ey ámate, despierta. Pues bien, ahora que has comprendido el mensaje y gracias a cada una de esas experiencias, tanto las lindas como las no tanto, que te han permitido transitar tu viaje y llegar a lo que realmente importa: TÚ. Los espejismos se irán disolviendo como lo que eran: ilusión – ilusión de familia, ilusión de pareja, ilusión de amistades, ilusiones laborales, ilusiones – todos espejos de tus propias ilusiones y fantasías de un mundo irreal que creaste en tu mente programada, creíste que esas ilusiones te llevarían a la felicidad y se fueron rompiendo una a una hasta que pudiste encontrarte con su origen: tus creencias.

Las ilusiones

Sufrimos cuando nos decepcionamos, sufrimos cuando alguien traiciona nuestra confianza, sufrimos y sufrimos cuando nuestras ilusiones quedan rotas. Cada vez que las ilusiones se desarman, es lo mejor que nos puede pasar, la realidad es que son hitos históricos en nuestra vida y mientras más pronto se disuelvan, mejor para nosotras, aunque en un primer momento no lo veamos así, y ¿por qué no lo vemos así?, porque hemos sido programadas, para ser alimento para otros. Ahora mi querida amiga, compañera de camino, aprenderás a nutrirte como corresponde.

Ten presente que tu alma pura no puede ser tocada, te pertenece, y es preciso que tomes conciencia que como mujer estás intrínsecamente unida a la Madre Naturaleza, y ahora que te has reconocido y te has dado el lugar que te corresponde como madre del mundo, e hija del mismísimo Creador, ya te has liberado del tribunal de la inquisición que te rodeaba. Así comenzará a surgir un amor como nunca antes has sentido, el amor que brotará de ti y que te abriga, acoge, abraza interiormente, te proporcionará lo que necesitas sin necesidad de pedírselo a nadie, ya no más migajas. Sonreirás cuando escuches a la tierna abuela Margarita, esa maravillosa mujer mexicana cuando nos relata sus secretos: “Cuando quiero algo, me lo pido a mí misma”. Comenzarás a sentirte una contigo y con la vida misma que habita dentro de ti. Sentirás pura gratitud por la vida anterior, aquella que tuviste, porque gracias a todo lo que has vivido, estás conociéndote y queriéndote, esta vez, de verdad. Disfrutas tanto si estás sola como acompañada, cada vez te importa menos las opiniones ajenas y tienes la certeza que por primera vez podrás ser libre, sin que otros estén ahí para evaluar si lo haces bien o mal o para juzgarte, ellos han quedado atrás, eres invisible para ese tipo de personas. Ya dejaste de juzgarte y autocondenarte, así es que,  no serán necesarios en tu camino.

El verdadero amor

Sí querida amiga, ahora estás conociendo ese amor que tanto buscaste y que siempre estuvo en tu interior, esperando que lo descubrieras, puedo decirte hoy que me siento agradecida hasta el infinito y más allá de mi calidad de mujer, de mis amigas que transitan juntas este hermoso camino de la vida misma, con el firme convencimiento que ahora que estamos viviendo en estos momentos tan trascendentales, si podremos relacionarnos en otro nivel más elevado, con los humanos, con cada ser vivo ya sea animal o vegetal, hasta las piedras mismas nos sonreirán, y nos daremos cuenta que las “las piedras también pueden flotar”, y mientras nuestro amor florece y se multiplica en nuestro interior, y mientras en conexión nos encontremos, accederemos a escuchar, a percibir y a ver la vastedad de lo invisible, que desde otros planos nos inspirará y nos soplará dulcemente a nuestros oídos, pues no, no estamos solas, nunca hemos sido abandonadas, pues siempre Estoy contigo.

Dedicado especialmente a mis hermanas del alma Rita, Mariana, Maribel, Myriam, y a cada mujer de este planeta.

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