Seminarios Espirituales

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¿Y si hablamos de la locura?

Hay un dicho que dice “cada loco con su tema”, pero puede suceder que el tema sea común a todos. ¿Qué tema?, pues la misma locura.

Hace algunas semanas atrás una amiga fotógrafa (Javiera Venegas), compartió vía online su documental como directora, en el que

estuvo trabajando por varios años y que está ambientado en un hospital psiquiátrico de Buenos Aires, Argentina. “La memoria al revés” lleva por nombre este largometraje que mezcla lo audiovisual y la fotografía, como también el arte; y el cual tiene como protagonista a uno de sus pacientes llamado Enrique Di Liscia, un pintor, también muy aficionado a la música y a la literatura, quien padece de rasgos esquizofrénicos y otras enfermedades. Aún así se conecta y confía en la chica documentalista y accede a aparecer en cámara para ir expresando sus relatos y su particular forma de ver la vida.

Y me pasó que sentí que en su pensar y hablar había lógica y verdad.

La locura

Quise comenzar este escrito, nombrando a este documental, ya que me pareció interesante la propuesta de Javiera, de tomar la “locura” como tema principal de su largometraje, pero en el sentido de querer dignificarla, y asimismo mostrar esos contrastes, de cómo es la vida de los llamados “locos”, su trato social y también esas deficiencias existentes en la salud pública.

¿Cómo se han sentido cuando van por la calle y ven a una persona que habla, grita, pelea, baila o se ríe sola? ¿Cuáles son esos adjetivos que les otorgamos a esas personas? ¿Te produce incomodidad? ¿Te asustan o tomas distancia?.

Por una parte, solemos llamar locos o locas a quienes claramente padecen de una enfermedad, trastorno o una patología que afecta principalmente al cerebro, lo cual lleva a esas almas a percibir una realidad totalmente distinta al resto, y actuar desde allí. Y por otra parte, y tenga la libertad de corregirme, están esas almas que son llamadas “locas” solo por el hecho de salirse de ciertos patrones socialmente construidos, consensuados y aceptados por una gran mayoría.

¿Te has sentido “bichito raro” al salirte de esas estructuras sociales, familiares y hasta religiosas?. Bueno, también cuando se opta por un camino más espiritual, se suele sentir eso de “no encajar”. Aún así en ambos casos, se podría hablar de personas juzgadas, no comprendidas, quizás a veces discriminadas, rechazadas, hasta violentadas en casos más extremos.

El Poder del Ahora

Y esto de la locura me pareció interesante a modo de reflexión, porque coincidentemente en el capítulo I del “Poder del Ahora” de Eckhart Tolle, libro que hemos estado conversando en los últimos Seminarios Espirituales de los domingos, el autor nombra a los “locos” y dice lo siguiente: “Usted probablemente se ha cruzado en la calle con “locos” que hablan o murmuran para sí mismos incesantemente. Bueno, esto no es muy diferente de lo que usted y otras personas “normales” hacen, excepto por el hecho de que usted no lo hace en voz alta”.

Si bien el contexto en que Tolle expresa esto, es de que pasamos gran parte del tiempo encerrados en nuestra mente, con la voz del pensamiento, en constantes diálogos internos, lo que nos lleva a sacarnos del Ahora, acostumbrándonos a realizar reiterados viajes fantasiosos hacia el pasado y hacia el futuro. Igual quise darme la libertad de hilar esto a través del concepto de la locura.

La salud mental y el lenguaje

Estamos en un momento o periodo en que la salud mental también debe ser un factor importante a tomar en consideración y en conciencia, ya que el encierro, y todo lo que ha significado el confinarnos producto de la pandemia, puso a prueba nuestros estados físicos y psicológicos, no por nada algunos terapeutas han tenido mucho más trabajo en estos meses.

Se nos hace fácil poder mirar hacia afuera, admirarnos de otras personas, de juzgar realidades diferentes a la de nosotros, colocar etiquetas y también, hay que decirlo, solemos ocupar palabras y formas de comunicarnos sin tomar mucha atención en el impacto de ello. Decirle a alguien “loca” o “loco” es de fácil verbalización, pero ¿nos preguntamos qué historia puede haber detrás de esa persona? ¿qué es lo que a mí me causa rechazo o me llama la atención? ¿qué tan ajena o ajeno me siento a esa realidad?.

Mi invitación en este relato, es a que reflexionemos juntas y juntos, sobre la importancia de cuidar nuestra salud, tanto mental, emocional, como física, y a la vez nutrir nuestra alma. Como también darle valor a nuestras formas de expresión y de comunicación. A observarnos, y comprender que en esta vida nadie está libre, que un día lo que podemos juzgar en otra persona, nos puede suceder también. Ya el covid_19 nos dio la lección de no dar todo por sentado y que nos pueden poner a prueba en cuestión de segundos.

Reflexión final

Si bien existe una locura de carácter patológico, o como enfermedad diagnosticada, y anclándome un poco al documental que nombré al principio, creo que también debemos darle un espacio compasivo a esas personas que están y perciben esta realidad de una manera muy distinta a lo que estamos acostumbrados. Escucharles o mirar más allá de su imagen, tal vez nos hará empatizar más que marginar.

Y en cuanto a lo que decía de Tolle, siento que también ya es hora de poner atención y observar de manera consciente nuestro diálogos internos, esa adicción a los pensamientos, el cómo nos hablamos, los juicios y críticas que nos hacemos, que también son factores de enfermedad. ¿Por qué nos costará tanto conectar con nuestro aquí y ahora?. Y también, sobre esto de llamar loco o loca a alguien que se mueve en una vereda diferente, quizás tenemos muy acostumbrado en nuestro lenguaje utilizar la palabra “normalidad” ¿por qué hablamos de lo “normal” cuando sabemos que cada persona ve la realidad de una manera diferente?.

El tema de la locura, tiene muchas aristas y formas de entenderse, lo sé, yo solo quise tomar algunos ejemplos, y para que también tengamos más consciencia en el autocuidado y asimismo con el cuidado de nuestros juicios hacia los demás, sobre todo hoy, en que cada persona lleva sus propios procesos sanadores.

Es por eso que esta reflexión la dejo abierta, a la observación, a preguntarnos, y por supuesto si te nace compartir tu visión o tu sentir en los comentarios, bienvenidas tus palabras. Abrazos y mucha luz al corazón.

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