Valora tus acciones cotidianas por muy pequeñas que sean

 
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Un gesto de amabilidad, o una simple escucha puede aportar a otra persona, como también simples acciones pueden mejorar nuestros vínculos.

A partir de ello, es que les invito a reflexionar juntos con la siguiente historia.

La historia en la feria

Hace algunas semanas atrás me tocó ir a una feria cercana a casa, a comprar verduritas y frutas, y por supuesto algunas paltitas, y bueno por un lado, disfruto mucho ese tiempo, ese paseo en medio de muchos colores y aromas que son muy atractivos a los sentidos, y por otro, me gusta conversar o compartir un amigable saludo con las personas que están allí vendiendo. No se si les sucede, pero me encanta escuchar los gritos, el humor al paso, es una energía que contagia.

Me sucedió ese día que llegué a un puesto donde se vendía tomates y limones, elegí algunos de estos últimos y le expreso al señor que atendía - “hola buen día!, me pesa estos limoncitos” (primera vez que le compraba), quien me recibe la bolsa y me responde -”Si claro!, son $500”, y al segundo me comenta “No sabe na’ lo que me pasó esta semana”, y yo como que si lo conociera de siempre le digo -”A ver ¿qué le pasó?, cuénteme!”. Y me comienza a relatar que en la semana había querido ir a comprar una batería para su auto, y que caminando se le cayeron sin darse cuenta alrededor de $300.000, y que hasta ese día no entendía cómo había pasado, y que le había afectado mucho, porque la situación económica no estaba fácil con esto de la Pandemia. Yo también en ese momento tuve esa sensación de ponerme en su lugar, y me dio algo en la pancita, que te hace pensar “chuta, ¿cómo ayudarle o qué decirle?”.

Y antes de poder expresarle algo, él se me adelanta y me dice: - “Sabe lo único que espero, es que esa plata la haya podido encontrar una persona que realmente la necesitaba, solo espero eso, total las lucas como sea se recuperan”. Sentí mucha admiración por él en ese momento, por esas palabras, y solo me nació expresarle que quizás mi compra no era mucha, pero que de cierta manera sentía que le podía aportar a esa retorno de su dinero perdido, así que cuando le pagué esa moneda le dije “que se triplique, muchas gracias y que le vaya bien”, él me sonrió, me dio las gracias también, y ese fue el fin de nuestro diálogo.

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“Lo único que espero, es que esa plata la haya podido encontrar una persona que realmente la necesitaba”

La importancia de las pequeñas acciones

Les quería compartir esta historia, porque esa interacción me llevó a reflexionar sobre la importancia que tienen las pequeñas acciones que realizamos, la manera en que nos comunicamos, la empatía, y acerca de los dones que cada uno tiene. Yo personalmente, he notado que este tipo de situaciones se repiten en mi vida, en el sentido de que en diferentes contextos, personas que no me conocen, me hablan y se abren a contarme cosas muy personales e íntimas. Y muchas de ellas me han dicho “no se porque te estoy contando esto, pero me siento en confianza”. Lo cual no me molesta en absoluto, porque puedo tener esa apertura a escuchar y regalar algún gesto o palabra de vuelta, como también compartir un lapso de tiempo. Es chistoso, porque cuando voy por la calle ya intuyo que al menos una persona me preguntará algo, una dirección, la hora, cualquier cosa jeje. Y así he podido reconocer o hacer más consciente ese don de la comunicación y la escucha.

Y bueno, con respecto a la empatía yo se que no siempre es fácil aplicarla, ya que hay personas o situaciones que nos pueden desestabilizar en nuestros ánimos o emociones, aún así si hacemos nuestro “máximo esfuerzo” como se plantea en el libro de “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruiz, podremos al menos intentar conectar con la historia y realidad de la otra persona, sin necesariamente juzgarla o intervenirla, ya que pasa que a veces las personas solo quieren expresarse y ser escuchadas. Entre más conscientes y compasivos seamos con nuestros diálogos internos, el observar cómo nos hablamos, nos tratamos, nos habitamos, podrá darnos las luces para desarrollar más aún la sensibilidad, y así poder avanzar en nuestras relaciones interpersonales, y con todo lo demás, con la misma Tierra.

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“Conectar con la historia y realidad de la otra persona, sin necesariamente juzgarla o intervenirla, ya que pasa que a veces las personas solo quieren expresarse y ser escuchadas”

Finalmente, en relación a los dones, considero que es importante reconocerlos, tanto en ti, como en mi, como en los otros, ya que son esos regalos, que son muy de nuestra esencia, los que podremos potenciar y compartir también en los cotidiano. Creo que cada persona tiene algo muy lindo y único que entregar. Yo puse de ejemplo esta situación en la feria, porque ahí se podía ver el poder de la comunicación, la amabilidad, la confianza, la empatía, expresar un don, y la importancia de las simples acciones, que entre más nazcan desde el corazón, desde el amor, más verdadera serán, ya que fluirán desde la espontaneidad.

Tu presencia es valiosa al igual que tu accionar en esta Tierra, en esta humanidad, ser el cambio que queremos ver allá afuera, será nuestro desafío, pero que tal si comenzamos con lo simple.

Como dice una frase por ahí de Aristóteles “Es fácil realizar una buena acción, pero no es fácil adquirir el hábito de realizar tales acciones”.

 
Carolina Ibarra

Me apasiona el contacto con la naturaleza, explorar parques nacionales, bosques y montañas, al igual que la fotografía. Mi camino espiritual comenzó hace algunos años, como aprendiz infinita intento dejar la mejor huella en esta humanidad como también nuestro hogar, la Tierra.

http://www.pancitoconpalta.cl
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