Los cuatro acuerdos, mis acuerdos
Esta obra de Miguel Ruiz es uno de esos pequeños tesoros que conservas en un lugar especial en tu biblioteca ya que siempre lo quieres tener cerca.
Sabiduría Ancestral: La leyenda y el humo
Lo primero que hay que destacar es que su autor, Miguel Ruiz es mexicano y pertenece al linaje de los toltecas, quienes se llaman a sí mismos los guerreros del águila, practicantes de la Maestría de la transformación ya que su objetivo es terminar con el parásito de la mente.
Se trata de una obra chamánica, proveniente de un conocimiento milenario, que posee mensajes que han sido protegido durante mucho tiempo y se dan a conocer hoy. Con todos estos antecedentes, está claro que el contenido de esta obra es sagrado.
La obra parte con la leyenda de “Espejo humeante” un estudiante a Chamán que no se encuentra a gusto con lo que aprende. Aquí se encuentran las claves de la lectura ya que todos nosotros somos los “aprendices” de una cultura y una educación intelectual, pragmática que de alguna manera niega nuestra intuición y nuestra espiritualidad. Esta leyenda nos narra el sueño de Espejo humeante quien logra ver que los seres humanos estamos hechas de luz al igual que las estrellas. También descubre que todo lo que existe en el universo está hecho de luz y que todos somos amor. Con este descubrimiento, regresa a la tierra a dar a conocer este mensaje. Para los seres humanos, que logran percibir su cambio, él se convirtió en Dios, pero él replica que todos somos Dios ya que todos estamos hechos de amor, pero es el mundo material el que impide que veamos nuestra luz.
El humo que empaña la realidad es lo que en las tradiciones indias denominan “maya”, es decir la gran ilusión donde los seres humanos sólo vemos la dimensión material del mundo, pero no podemos ver nuestro ser interior, nuestra alma.
Desde aquí, el autor pone en cuestionamiento todos nuestros aprendizajes: los de nuestros padres, la escuela, la sociedad ya que ellos nos impiden ser felices y sólo nos han llevado a construir un mundo lleno de violencia e infelicidad. Nos dice que hemos vivido cegados y que debemos romper con los acuerdos heredados ya que ellos constituyen la ceguera que nos impide ver nuestra luz.
Los cuatro acuerdos
Es interesante como el autor construye esta obra, de forma tan clara y simple, diciéndonos que para romper con la educación adquirida debemos cuestionarlos y adoptar Los cuatro acuerdos, que debemos seguir para poder destruir el gusano mental.
Los cuatro acuerdos son: Sé impecable con tus palabras; No te tomes nada personal; No hagas suposiciones y finalmente Haz siempre el máximo que puedas.
Los tres primeros acuerdos se refieren al pensamiento y la palabra. En cada uno de ellos el autor, a través de una palabra simple y directa demuestra el efecto negativo que tienen en las personas. Hablar mal de otros, pensar que eres el centro del universo y sobre pensar sólo hace daño y causa sufrimiento. Todos estos acuerdos se refieren al apego y a las dinámicas mentales destructivas que provienen de un ego herido y narcisista.
El cuarto acuerdo se refiere a la práctica de los acuerdos, a aceptar que cada día es distinto, a dejar de competir y mirar a los otros y dejarse llevar por fines más altruistas que ganar.
El autor no propone prácticas concretas para aplicar estos acuerdos, pero el hecho de ver lo que te hace sufrir y observar tu pensamiento, de alguna manera te lleva a que puedas convertirte en una persona más consciente de tus emociones y sólo por esto puedas elevarte y adquirir prácticas mentales más saludables.
Los cuatro acuerdos están escritos en un lenguaje simple, directo, pero cada acuerdo tiene una profundidad espiritual que lograrás captar en la medida en que practiques y logres incorporar un trabajo espiritual. Es una obra que irá abriendo su mensaje en la medida en que vayas practicando y como Espejo Humeante logres ver que todos somos luz y nuestra esencia es el amor.
Después de leer los cuatro acuerdos debes preguntarte ¿Cuáles serán mis acuerdos? y ¿Cómo los pondré en práctica?. Buenas preguntas para responder en estos tiempos de pandemia.
Crecí escuchando que la agüita de manzanilla era buena para el estómago, que poner hojas de eucaliptus en agua caliente y aspirar ese olor era bueno para los bronquios o que poner a remojar ortiga y luego aplicarla en el pelo era bueno para evitar la caída del pelo…